Una tarde Macondiana en Santiago de Chile
0 comentarios Publicadas por Jorge Melgarejo a la/s 11:24 p. m.
Nadie espera que un sábado de junio pueda ser la excusa perfecta de la expresión de lo poco común. Se levanta la tarde el reloj marca las 3 con unos minutos y espero tranquilo a una amiga en el metro UC, algo tan normal como que no vale una nota. Sigo leyendo el libro "Equipaje de Mano" hasta que aparece ella, comienza nuestra alianza que nos mostrara "algo distinto" de la ciudad. Caminamos y lo primero que salta a la vista del paisaje urbano es un icono destruido como es el edificio Diego Portales, una estructura que pudo sostener el paso de los años, el peso de la historia pero no un incendio provocado por un descuido. Luego iniciamos la excursión por el Barrio Lastarria donde es probable que te encuentres a algún actor, intelectual o extranjero que lo trajo algún bus de turismo. A los pocos pasos nos damos cuenta de la existencia de una casa típica de esas que se están por caer en Valparaíso arriba de un añoso edificio, algo que no rompe el paisaje urbano, pero sorprende al que logra darse cuenta de su existencia. Seguimos caminado, hay un Volkswagen Escarabajo descapotable color verde estacionado con un ladrón abordo que no quiere arrancar, estando a la vista de todo el espectador transeúnte curioso que desea ver la toma de quizás algún comercial, cortometraje o lo que sea. Todo esto sucede conviviendo con un añoso cine, frente al café Victorino que esta cerrado, pero cuando abre te atienden Gays en un lóbrego escenario.
Toma 2, luz, cámaras y acción, aparece un Jeep rojo en la escena junto a una añosa pero bien mantenida moto verde, para después fusionarse con el auto del ladrón, claro que a pocos metros sin la acción que podemos ver en sobredimensionadas películas norteamericanas. Dejando el Barrio Lastarria no podemos despreciar la feria de antigüedades donde puedes encontrar valiosas cosas viejas que te harán recordar el baúl de tu abuela.
La vida sigue por José Miguel de La Barra, la amplia oferta de cafés con conceptos rebuscados despista a cualquiera, pero también acepta al amplio espectro de personajes que van a lucir sus mejores peinados, los mejores bordados teñidos con todo el espectro del arco iris más el negro claro y en estos lugares junto al parque forestal se pasean libremente en su aldea sin que los miren ni tilden de "raros". Las pisadas no se detienen para llegar al parque forestal, una de las pocas y grandes extensiones verdes de la ciudad, el gran centro de shows al aire libre Santiaguino, donde los vecinos claman un poco de tranquilidad y el tiempo se compone completamente de 24 horas. Por el parque un can que persigue a una pareja ya que tienen algo que ve con poca regularidad "la comida", este perro negro nos sorprenderá al caer sobre nosotros ya una cuadra más allá intuyendo que mi amiga abrira un apetitoso chocolate, algo que el sexto sentido de este perro no podría dejar de perseguir.
El reloj sigue su cuenta y ya son las 4, seguimos el recorrido hasta una feria artesanal que esta al lado de uno de los Barrios más bohemios de Santiago, “El Bella” como comúnmente se conoce al Barrio Bellavista. Dentro de la feria encuentras todas esas cosas inútiles de feria artesanal, pero muy decorativas, lo que más resalta en este lugar son dos cosas: uno es el empleo de lápiz lazuli que tenían muchos puestos y lo mas freak una banda de heavy metal tocando mientras el resto sigue con tranquilidad.
Ya de regreso pasamos a uno de esos cafés nombrados anteriormente, el turno es del Brain Concept un café oficina de diseño, lleno de figuras de plástico, muy iluminado y propicio para una buena conversación sobre la inmortalidad del cangrejo. La música electrónica suave inunda de buena onda el lugar, pero encontramos una buena onda especial, luego de que mi amiga termino su leche con chirimoya, se produjo algo insólito, una atracción mágica jamás pensada y por supuesto mi favorita en esta historia, el vaso de leche se fue acercado sospechosamente a mi libro al ritmo de la música electrónica, hasta que para mala suerte de el termino el tema. Jamás me explique como ese vaso siguió un recorrido uniforme hacia mi libro, ni siquiera con una buena agitación de la mesa se movía mucho, algo mágico lo movió y creo que resulto ser el atractivo de mi libro.La tarde termino grata, no tienen explicación muchas de las cosas relatadas, pero si cuando uno mira la ciudad y sabe valorar los pequeños detalles puede entrar en una aventura fantástica, algo parecido a Macondo pero en una ciudad de 6 millones de habitantes.
Bienvenidos a mi Blog, soy Jorge Melgarejo, quiero invitarlos a una mirada distinta a lo de siempre.